La feria, celebrada en Madrid, ha demostrado el enorme interés por la cultura coreana, desde la tecnología y los contenidos audiovisuales hasta la gastronomía y la cosmética, consolidando a España como un mercado estratégico en Europa.
Un evento que desborda expectativas
La “K-Expo Spain 2025”, el gran evento dedicado a la cultura y la industria de Corea del Sur, ha concluido con un éxito arrollador. Celebrada entre el 28 y el 30 del mes pasado en el Centro de Artes Artes de Madrid y el Hotel Riu Plaza España, la feria atrajo a un total de 15.328 visitantes. Desde primera hora de la mañana, largas colas de asistentes evidenciaban la expectación generada. Por motivos de seguridad, y debido a las características del recinto, la organización limitó el aforo a 700 personas por hora.
Este evento, impulsado por el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo junto con los ministerios de Agricultura, Océanos y Sanidad de Corea, forma parte de una estrategia conjunta para la promoción internacional de su industria. Tras su paso por Tailandia, Francia, Indonesia y Canadá, la K-Expo aterrizó en España, un mercado considerado clave como puente hacia Europa y Latinoamérica.
Cifras de negocio y alianzas estratégicas
El impacto comercial de la feria ha sido notable. En el ámbito profesional (B2B), se llevaron a cabo 465 reuniones de negocio con la participación de 103 empresas de cinco países y 105 compradores. El volumen de negocio generado en estas consultas alcanzó la impresionante cifra de 263,7 millones de dólares. Además, durante el evento se firmaron diez memorandos de entendimiento (MOU) por un valor total de 1,35 millones de dólares, consolidando nuevas alianzas comerciales.
Eom Yunsang, director de la división de exportación de contenidos de la Agencia de Contenidos de Corea (KOCCA), destacó el enfoque diferencial de esta edición: “Lo que distingue a esta feria es nuestro apoyo a la expansión conjunta de industrias relacionadas, como la cosmética y la alimentación, junto con los contenidos audiovisuales. Hemos confirmado la sólida base de fans que existe en España, y ahora trabajaremos para que ese interés se traduzca en acuerdos de exportación”.
La tecnología y la cultura coreana como protagonistas
Una de las grandes atracciones de la K-Expo fue la fusión de cultura y tecnología de vanguardia. Los pabellones interactivos que utilizaban inteligencia artificial (IA) y tecnologías de la información y la comunicación (TIC) captaron la atención de miles de jóvenes. Un claro ejemplo fue la “K-Pop Dance Battle Machine” de la aplicación Stepin, un simulador que utiliza IA de seguimiento de movimiento para evaluar en tiempo real y con gran precisión los pasos de baile de los participantes. En solo dos días, cerca de 7.000 personas se animaron a probarlo. “Es increíble recibir una valoración tan detallada de mis movimientos, me siento como en una audición de verdad”, comentaba entre risas Sandra González, una joven de 14 años.
También triunfaron otras propuestas como el stand del videojuego para móviles “SuperStar”, que cuenta con la participación de artistas de agencias tan conocidas como SM y JYP. Los fans se agolpaban para jugar y conseguir fotocards exclusivas de sus ídolos. “Soy muy fan de Stray Kids y he venido en avión desde Mánchester solo para intercambiar tarjetas con otros seguidores”, confesaba Adrienne, de 42 años. Asimismo, la plataforma “OneMinuteGo”, que utiliza IA para crear vídeos cortos a partir de un guion, despertó el interés de los aficionados al webtoon.
Experiencias inmersivas y el testimonio de los fans
Más allá de la tecnología, la feria ofreció un amplio abanico de actividades. Los talleres de cocina, como el de “kimbap”, atrajeron a numerosas familias. Sabela Serrano, de 52 años y profesora de comunicación en una universidad madrileña, acudió con su hija. “Mi hija se aficionó al K-pop hace tres años, y a través de la música descubrimos las series y la comida coreana. Nos encanta el tteokbokki y vamos a menudo a restaurantes coreanos”, explicó.
El fenómeno fan se vivió con gran intensidad. Nerea Benito, de 27 años y residente en Madrid, fue la primera en entrar al recinto. “En cuanto me enteré de que se celebraba la K-Expo, vine de madrugada para ser la primera de la cola. Quería vivir en persona las últimas tendencias de K-pop y cosmética, además de la cultura tradicional”, afirmó. “Ha sido emocionante encontrarme aquí un pedacito de Seúl”.
El embajador de Corea en España, Lim Soo-suk, expresó su optimismo sobre el futuro: “Esperamos que el efecto industrial de la comunidad de fans que hemos visto en Madrid se expanda por todo el mercado latinoamericano”. La K-Expo 2025 ha dejado claro que la ola coreana, o “Hallyu”, no es una moda pasajera, sino una fuerza cultural y económica con un enorme potencial de crecimiento en España.